viernes, 2 de noviembre de 2012

Peras y manzanas (Versión larga)

Fuente: gente.com.co
(Esta es la versión extensa de mi columna publicada en el periódico El Colombiano el 01 de noviembre de 2012, incluye enlaces y el desarrollo de algunas ideas insinuadas en el texto original).


Por Santiago Silva Jaramillo


Ojeando el periódico “Gente de El Poblado” del pasado viernes 26 de octubre, me encontré con una nota sobre la seguridad de esa comuna en donde el director de la Empresa de Seguridad Urbana, Ricardo Salgado, hace unas aseveraciones sinceramente tontas.

La nota se titula: "Seis homicidios en 2012: "con índices del primer mundo"" y cuenta cómo Salgado le quitó valor a las denuncias ciudadanas sobre inseguridad en El Poblado, tachándolas de ser una "magnificación", señalando la preocupación de sus habitantes como una percepción exagerada.

También dijo, según la nota, que El Poblado es la comuna más segura de la ciudad porque su índice de homicidios es el más bajo en términos comparativos. Luego tuvo el descaro de sostener que gracias a eso la comuna se podía comparar con países del "primer mundo" en términos de seguridad.

Lo más curioso es que la reunión, adelantada en la sede de Telemedellín, había sido convocada por los vecinos preocupados por el aumento de los robos en el barrio. Al señor Salgado lo invitaron a hablar de manzanas y llegó con una canasta de peras. El índice de homicidio es solo uno de los muchos asuntos que configuran la ‘seguridad’.

Y esto es problemático por dos razones. La primera es que aunque El Poblado sea en efecto la comuna con el menor índice de homicidios de la ciudad, es la segunda  en hurtos después del Centro. En 2011 se presentaron 582 hurtos en La Candelaria, El Poblado le siguió con 543, según el SISC. El robo de celulares se ha convertido en una peste, mientras los robos a apartamentos siguen en aumento.

La segunda se refiere a la respuesta de algunas autoridades, acostumbradas desde hace un tiempo a recurrir a la excusa de la percepción siempre que se les interroga sobre la seguridad. Es decir, que todo lo que no cuadre con su discurso o sus resultados es un asunto de una supuesta percepción ciudadana exagerada; de un temor infundado.


El peligro de esta actitud es que lo que no se reconoce se esconde y que lo que se esconde no se atiende. Y la administración municipal ha tomado la incomoda costumbre recientemente de no reconocer muchos asuntos, particularmente respecto a la seguridad.


Menos mal tenemos la Policía que tenemos. Lo único rescatable de este episodio es la actitud atenta y responsable del Comandante de la policía de El Poblado, el teniente coronel Fabio Rojas, quien prometió incrementar los esfuerzos, particularmente a través del Plan Cuadrantes, para atender estas problemáticas.

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