viernes, 22 de noviembre de 2013

El ascenso de las Farcrim (Versión extensa)

Esta es la versión extensa de mi columna, publicada en Catalejo del periódico El Colombiano el pasado 22 de noviembre de 2013.

Por Santiago Silva Jaramillo

El pasado 20 de mayo el portal de investigación en crimen organizado Insight Crime presentó el informe “Farc, paz y posible criminalización”, que evalúa las posibilidades de una parte muy importante de la estructura de esta guerrilla no se desmovilice luego de un eventual acuerdo en La Habana.

Según Insight Crime, las estructuras con mayor riesgo de criminalización serían el Bloque Iván Ríos (o noroccidental con influencia en los departamentos de Antioquia, Córdoba y Chocó; el Bloque Magdalena Medio, con influencia en los departamentos de Bolívar, Santander y Norte de Santander; el Bloque Oriental, con influencia en los departamentos de Meta, Vichada y Arauca; y el Bloque Sur, con influencia en los departamentos de Nariño y Cauca.

La semana pasada, precisamente, se conoció por boca del Gobierno Nacional que la columna móvil Teofilo Forero, bajo el manto del Bloque Sur de las Farc, estaría planeando el asesinato del ex presidente Uribe, el ex vicepresidente Santos y el fiscal Montealegre. De acuerdo a algunos analistas, su líder, alias “El Paísa”, no estaría de acuerdo con el desarrollo de las negociaciones con el gobierno en La Habana.

Sin embargo, la política sería el último de los motivos por los cuales estos cuatro bloques de las Farc (que reúnen a unos seis mil hombres, sin  contar a sus milicianos), se verían tentados a quedarse en la criminalidad. Existen entonces tres razones principales por las cuales Colombia se podría enfrentar a un fenómeno  de “farcrim” en los próximos años.

El primero es el alto grado de “independencia” que han mostrado algunos comandantes y frentes en los últimos meses. Porque aunque el caso de los asesinatos ordenados por El Paísa sean el más reciente ejemplo, el Bloque Iván Ríos ya había sido el mayor violador de la tregua unilateral declarada por el Secretariado a final del año pasado.

El segundo es el dinero. En efecto, las ganancias por narcotráfico de la Teófilo Forero se estiman en unos 26 millones de dólares anuales. El frente 48, fundamental en la estructura del Bloque Sur, tiene relaciones con el cartel de Sinaloa para el tráfico de cocaína por el Pacífico. Pero las Farc han diversificado sus fuentes de ingreso y reciben importantes ingresos de su participación en otras rentas  como la explotación de oro y la extorsión. Sus estructuras armadas, sobre todo las que cuentan con mayor riesgo de no desmovilizarse, hacen presencia en los departamentos que producen el 94,8% del oro nacional (SIMCO, 2012).

Finalmente, las alianzas entre estructuras guerrilleras y organizaciones criminales como Los Urabeños o Los Rastrojos para el tráfico de drogas han creado enormes empresas en las que el conocimiento y las armas de los guerrilleros son muy bien pagas. Algunos frentes como el 5, 58, 57, 18, 36, Mario Vélez, 9, 34, 47, Aurelio Rodríguez y Urbano J. Arenas se han aliado con estructuras criminales para la compra de insumos, la producción y el tráfico de pasta de coca.

Sí, el próximo año, la reelección del presidente Santos será el menor de nuestros problemas.


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