jueves, 6 de marzo de 2014

Oro como fortuna (Versión extensa)




Esta es la versión extensa de mi columna del pasado 06 de marzo de 2014, publicada en el periódico El Colombiano.

Por Santiago Silva Jaramillo

"El diablo camina por las calles de este pueblo", sostiene el minero, con voz ronca, pero sin ninguna duda. Estamos tomando tinto en una calurosa tienda en el parque de un municipio minero del Nordeste de Antioquia. "Es por el oro", explica su compañero, otro minero artesanal, "el oro vuelve locas a las personas, solo trae cosas malas". Sus expresiones son de tosca resignación; en sus vidas, el oro es odiado y amado en partes iguales, se le tiene un temor reverencial, pero se le ambiciona como a nada.

Pero ¿es el oro bendición o maldición?

A simple vista, el diagnóstico es pesimista. Nordeste salió hace pocos meses de una cruenta guerra entre grupos ilegales por el control de las rentas ilegales asociadas al oro. El enfrentamiento es solo la más visible consecuencia de otras externalidades negativas de la explotación minera en la región. 

Y es que algunos quisieran desembarazarse del mineral precioso, sostienen que nada bueno sale de lo que la tierra nos ha dado por azar. Cientos de libros, estudios y reportajes se han escrito en los últimos años sobre la famosa "maldición" del oro.

Pero ¿es esa la única forma de verlo? ¿Está el Nordeste -y todas las zonas mineras de Colombia- condenado por lo que le tocó en suerte?

Este 6 de marzo, en la Universidad EAFIT de Medellín, se presenta el libro "Oro como fortuna ", resultado de la investigación "Estudios de corrupción en contratación pública y cooptación de los recursos de regalías en Antioquia, Córdoba y Bolívar ", financiado por Colciencias y desarrollado por investigadores de la Universidad EAFIT. 

El libro presenta otra visión sobre las consecuencias de la industria extractiva de oro en las zonas mineras de Colombia. En efecto, el azar no tiene por qué ser una maldición. Ante las apuestas institucionales correctas, puede convertirse en fortuna y apalancar procesos sociales beneficiosos, financiando políticas de desarrollo, incentivando la participación social y aprovechando las reservas de capital social que reposa casi intacto.

"Oro como fortuna " propone, en su capítulo final, la suscripción de Pactos de Gobernanza Minera y Transparencia en los municipios y regiones mineras de Colombia. El Pacto busca incentivar la participación de todos los actores sociales importantes en la vigilancia de la utilización de los recursos de regalías, y un compromiso común sobre la contratación pública.

Por supuesto, el libro no pretende ser fórmula mágica, tampoco simplificar los desafíos que la minería de oro supone para las comunidades; pero sí replantear el problema, suponer que probablemente en las mismas dificultades del fenómeno reposan las soluciones, y que con ingenio social y compromiso político, podemos convertir la maldición en fortuna.

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